sábado, 31 de octubre de 2009

Para siempre

Se despertó y sintió en un instante todo el peso de su cuerpo. Sintió cómo su espalda y sus piernas se hundian en el colchón. Se sintió colgar de su esqueleto. Como un trapo viejo colgando de sus huesos a medida que se levantaba.

Pensó un rato, sentado en la cama algo confundido, mirando a su alrededor, tratando de recordar. Reconoció las mesitas de luz, el velador, el tono amarillento de la luz. De golpe, se reconoció al fin, estaba sentado en su habitación. Por un momento volvio a dudar, miro por las rendijas de la persiana y con la fuerte luz de la tarde vio a una vecina trayendo a sus hijos del colegio. "Me estoy levantando de la siesta" pensó, mientras sus pies buscaban su calzado con un movimiento automático. Metio en las mismas pantuflas que tiene hace muchisimo tiempo, los pies que tiene hace muchisimo mas. A la vez que sus brazos empezaron a empujar su cuerpo entero se tensó. Poco a poco, con un gran ezfuerzo se levantó y una vez de pie miro alrededor, hacia atras vió que la cama estaba vacía, miró hacia adelante buscando la puerta. Caminó lentamente y mientras miraba el piso vio una imagen muy familiar, sus pies avanzando, poco a poco, durante los larfos segundos que le llevaron llegar a la puerta. Frente a ella vió su mano apoyarse en el picaporte, sintió un agudo dolor en la muñeca cuando lo hizo girar y abrió la puerta. Toda la luz de la tarde, brillante, apareció delante de él. Avanzó y a medida que se acostumbraba a la luz fue distinguiendo una silueta oscura.

La miró fijo y cuanto más se acostumbraba a la luz esperó ver mas detalles en esa sobra, esperó ver el color del vestido, el del cabello, unos ojos. Por un momento, muy breve sintio espanto. Ningún rasgo apareció. La silueta oscura, indescifrable, seguia delante de él. No pudo moverse hasta que la reconoció y sintió una fuerza terrible en su rostro, sintio su cara estirarse con una sonrisa imposible de evitar. Sintio un fuerte calor en el pecho que lo inflamaba, como llenándolo de aire caliente, haciendolo flotar y levantando el resto de su cuerpo.

Con los ojos bien abiertos, ya acostumbrados a la luz, la miro sin poder posar sus ojos en ningun punto. Recorriéndola sin poder fijar la vista en nada más que su contorno y todavia sonriendo dijo, "buen día, mi amor" sintiendo su pecho inflarse aún más y mirando denuevo sus pantuflas, volvió a avanzar.

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