sábado, 31 de octubre de 2009

El científico


Hacía tiempo que estaba a cargo del proyecto de investigación mas importante sobre el tema. Subensionados por entidades privadas y estatales de todo el mundo gozabamos de gran libertad y eso nos había permitido lograr grandes avances en la comprension de la enfermedad. Encontrar un tratamiento para el brote psicotico de mayor incidencia en la historia se habia convertido en el objetivo principal de mis estudios y de mi vida. Con casi la mitad de la población mundial afectada y la mayor crisis vivida jamás era el único interés de muchísima gente.

La enfermedad avanzaba muy rápidamente. La primer tarea fue preocuparnos por describir el recorrido, los primeros síntomas y su desarrollo hasta la atrofia final que la caracterizaba. Respecto a los síntomas iniciales la primer conclusión que pudimos tomar, por el seguimiento de diversos casos, es que comenzaba con desordenes en el sueño y el apetito. Aunque no era aplicable a todos los que enfermaban y en algunos sujetos ni siquiera se presentaban estos sintomas se los encontraba en una cantidad significante de enfermos durante los primeros momentos. Además de describir el recorrido de la enfermedad hubo estudios por tratar de determinar las causas de su aparición pero los grades esfuerzos realizados en esta materia no dieron resultados muy prometedores. En sus causas no pudimos encontrar ningún tipo de patrón y éste era el mayor motivo para que todo el mundo esté interesado en una terapia eficaz. Encontramos que la probabilidad de enfermar era exactamente la misma para cualquier persona, sin importar la edad, sexo, estilo de vida, clase social, absolutamente nada. Ningún tipo de correlación con nada razonable.

Los primeros cambios notorios en la actividad cerebral se exteriorizaban como una dificultad creciente en la articulacion de las palabras. El que enfermaba primero se encontraba con esas dificultades sólo mientras hablaba pero a medida que avanzaba la enfermedad el trasnstorno avanzaba velozmente y el sujeto comenzaba a emitir sonidos en todo momento. Estos sonidos constantes brotaban como incomprensibles murmullos y le daban a los enfermos un aire mistico un tanto tétrico capaz de incomodar a cualquiera. Este murmullo se habia convertido en el simbolo mas caracteristico de la enfermedad y por conveniencia teorica los comenzamos a llamar síntomas del alma para oponerlos a lo que sucedía con el cuerpo. A diferencia de la creciente actividad en el habla, en el cuerpo se daba un constante decaimiento. Los enfermos poco a poco entraban en estado vegetativo pero jamás perdían el tono muscular manteniendose activos y saludables pero sin ningun indicio de voluntad. Por sí solos jamás iniciaban una actividad pero si eran guiados por alguien más obedecían como si entendieran perfectamente lo que se quería que hagan. Con el tiempo de trabajar con ellos más de una vez llegue a pensar, no sin cierto horror, que sabían exactamente lo que uno queria. En los grandes centros de tratamiento ésta caracteristica sumisa facilitaba enormemente las tareas. Las dificultades se daban en soportar el ambiente. En los pabellones inmensos los murmullos constates se convertian en un gran zumbido insoportable. Parecían verdaderos panales humanos que se escuchaban a la distancia. Un fluir deforme de sonidos que podían perturbar al más centrado.

Concentrado en el sistema nervioso de los enfermos me llevó tiempo darme cuenta de la importancia de estos murmullos. Fue una especie de intuicion musical que me llevo por ese camino. En los primeros grupos estables del pabellón donde trabajaba empece a notar, cuando estaban todos juntos, cierta cadencia en el murmullo. Como si una forma o estructura algo deforme se repitiera. Relizando mediciones individuales y grupales encontramos que cada uno repetía exactamente el mismo murmullo mientras se mantuviera en una posición, y parecia variar de acuerdo a donde se posicionara al enfermo. Sorprendente fue encontrar también que cualquier individuo emitia un murmullo increiblemente similar si se lo acomodaba en la misma posicion que otro. Como si no dependiera de la enigmatica actividad cerebral de cada individuo sino de algo exterior. El murmullo era analizado por computadoras al mínimo detalle pero para el oido entrenado los cambios eran distinguibles con sólo escuchar con atención.

Rápidamente los estudios se empezaron a dar por todo el mundo y esto nos dió una gran cantidad de datos con los que trabajar. Los estudios avanzaron y aunque no sabíamos bien su valor en relación al tratamiento de la enfermedad llegamos a conclusiones sorprendentes. Se encontró que el patrón tenía mucho más sentido a nivel global. Como si cada punto de la tierra tuviese una cualidad especial diferente a cualquier otro punto generando murmullos diferentes de una complejidad asombrosa. Estudios matematicos de la señal sonora avanzaron y se la logró expresar como una función de más de doscientas variables. Otro dato tan sorprendente como enigmático fue encontrar que a lugares opuestos del globo correspondian murmullos exactamente invertidos. Sin encontrar una aplicación directa estos estudios se siguieron realizando por lo prometedor de la coherencia matemática en los datos que aportaban.

Los estudios se centraron en buscar una relación entre la posición espacial de los sujetos y el valor que tomaban las diferentes variables. Estudiando estas variaciones encontramos lo que corresponderia a picos en su nivel, es decir, lugares del planeta en los que, a medida que se acercaba un paciente, las variables medidas en su murmullo aumentaban en mayor grado. Se realizaron gráficos que representaran estas variaciones y su estudio daba la sensacion de que existiera una constante rodeando a todo el planeta en estado perfectamente estático. Se trazaron estos resultados sobre diferentes mapas y en muchas ocasiones los picos en el murmullo correspondian con ciertos lugares marcados por la cultura y por maravillas naturales lugares que ciertas culturas habian llevado a llamar "energéticos" tales como las ruinas de Machu Pichu o el Gran cañon del río Colorado entre otros.

Estos estudios me habían llevado a este último viaje. Se había vuelto común viajar con grupos grandes de enfermos para realizar mediciones en distintos puntos del planeta. Esta vez viajamos a la ciudad de El Calafate con 50 individuos enfermos y 5 ayudantes (con la actitud sumisa de los pacientes no hacían falta más). Llegamos en un charter con los pacientes alrededor de las 19 y fuimos directamente a un hotel. Al día siguiente haríamos el viaje al Parque Nacional los Glaciares donde habíamos arreglado para realizar unas mediciones frente al glaciar Perito Moreno. Nos despertamos temprano y llevamos a los pacientes en dos micros hacia las pasarelas turísticas. Una vez dentro del parque el micro avanzaba por caminos de montaña y cuando se hizo visible el inmenso glaciar notamos un cambio en el fluir de los murmullos. Esto pasaba en muchos puntos, en los mapas quedaba graficado como un escalón, un cambio instántaneo de una significante cantidad de variables y por ser tan bruscos estos cambios eran los más fáciles de reconocer con sólo escuchar. Mientras dábamos la vuelta en esa curva en la que por primera vez se veian los hielos sentí el escalón y tuve una extraña sensación, como si el cambio fuese mas claro. Fue similar a la sensación de disfrutar un cambio en una cancion que uno ya conoce.

Cuando bajamos de los micros los pacientes comenzaron a caminar como les indicábamos. El cielo estaba cubierto y una fina lluvia caía asique cubrimos las cabezas de todos con las capuchas de las camperas del hospital. Apenas nos organizamos empezaron a bajar hacia el primer balcón y verlos en semejante contexto, todos vestidos iguales y caminando con la serenidad que caracterizaba el andar de los enfermos me hizo pensar en monjes peregrinando, absorvidos por el paisaje que los rodeaba, me fascinó verlos andando por esa pasarela de madera, bajando por la ladera de la montaña, entrando y saliendo de pequeños pero espesos bosques bañados en la fina lluvia que mojaba todo como si fuese una gran esponja. Los cincuenta pacientes bajaron sin quitar la mirada de los imponentes hielos, miraban los picos nevados que rodean el galciar, y la inmensa superficie del gigante, una plataforma que se extiende hasta perderse entre las montañas portando todos los tonos, desde el blanco mas intenso a la luz del sol hasta los azules mas fuertes y brillantes de los trozos que se desprenden debajo de la superficie del lago pasando por pinceladas de infinitos tonos a medida que la luz del sol escapaba las espesas nubes y recorria los hielos. Estaba facinado con la imagen cuando una joven mujer me llamó la atencion. Me llevó tiempo comprender lo que me quería decir, estaba absorvido en mis pensamientos cuando me tomó del brazo y poco a poco, mientras volvía a mi estado normal, senti los murmullos crecer como si hubiesen estado apagados mientras admiraba la imagen. Y entre los murmullos por fin entendí a la joven que me decia a los gritos que los turistas estaban un poco asustados. Me trataba con gran respeto y en ese tono me pidió perdón por haber arreglado la cita para ese dia, se disculpaba por no haber imaginado que la situación fuera así. El sonido ahora me parecia realmente terrible y le dije que no tenia ningún problema. Rápidamente me ofrecio cerrar el lugar al público por todo el día siguiente para que podamos realizar todas las mediciones que necesitemos. Arreglado esto la mujer se retiró por las escaleras y yo avisé por radio a los enfermeros para que bajen a ayudarme con los pacientes.

Mientras los veía a lo alto bajar lentamente por la larga escalera volví a sentir la sensación de estar escuchando una canción conocida, mientras esperaba me quedé mirando el glaciar y escuchando con renovada atención. El sonido era terrible y parecia venir de todos lados, como si de los valles de donde nacía el glaciar surgieran voces que recorrían la extensión de los hielos haciendo vibrar todo hasta llegar a mis oidos. Sentía el vibrar de la tierra bajo mis pies, como si latiera, y creía poder sentir cualquier punto del paisaje con solo mirarlo o pensar en él, cuando se me ocurrio esto noté con sorpresa que los enfermeros ya se habian puesto a trabajar y que el murmullo de los pacientes ya se alejaba a mis espaldas. Me di cuenta que habia entrado en trance otra vez, o que en el fondo nunca había salido de él. Noté que el murmullo que emitían los enfermos a mis espaldas se separaba gradualmente del que venía del glaciar a medida que ellos se alejaban. Sentí estar en trance otra vez, como si esta vez lo viviera concientemente, lo sentí como una paz inmensa y no me sorprendí al notar que un tercer murmullo aumentaba cada vez mas encajando en perfecta armonia con el que venia del hermoso paisaje. No me sorprendió tampoco darme cuenta que surgia de mi propia boca. Tuve una sensación de comprensión total. Mis estudios en lo que pensaba como una enfermedad habían llegado a su fin, y habían destrozado todo lo que había aprendido hasta el momento, explicándolo todo. Intiuía el significado en ese murmullo sin poder traducirlo a palabras articuladas. Ya no había nada que decir, sólo escuchar.

Me quedé parado hasta que los enfermeros vinieron a buscarme. Los acompañe encantado, aunque me llevaran lejos de ese hermoso lugar. El murmullo ya es claro en todos lados y tambien su significado. Subí al micro donde los rostros que antes me habían parecido apagados ahora me sonríen dandome la bienvenida. Ahora estoy aquí sentado, haciendo lo que ellos quieren mientras el micro recorre los caminos del parque. Según el último censo a la mitad de la poblacion ya se la considera enferma y el número aumenta exponencialmente. Pronto todos comprenderán y ya nadie nos va a decir qué es lo que tenemos que hacer.

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