sábado, 31 de octubre de 2009

Espejos



Allí no había espejos ni cámaras de fotos ni nada que refleje imágenes. En ese lugar nadie consideraba a su cuerpo como un todo. Mas allá de lo que podían ver de sus brazos y de sus cuerpos y de las sensaciones que les llegaban no existía para nadie un individuo. Para cada alma los actos no eran considerados en funcion a si mismos sino a cómo repercutian en todo lo demas. Un individuo diría que cada uno era absolutamente todo excepto sí mismo.

Cuando las aguas cristalinas de un lago se tornaron opacas los hombres que habitaban las cercanías se vieron reflejados por primera vez en su superficie. Vieron sus cuerpos moverse en conjunto y los confundieron con sus almas. En sus mentes se creyeron tan completos y únicos como los cuerpos que veían. Se difereciaron del todo y para quienes habitaban cerca del lago el universo entero se dividió. La piel se transformó en un límite. Por dentro las almas, antes infinitas, se transformaron en simples personas y por fuera quedó separado y abandonado el mundo ilimitado.

En un tiempo anterior cada ser no se preocupaba más que por el bienestar de todo lo que lo rodeaba, sin pensar en el beneficio personal. A su vez, cada uno era cuidado por el universo entero. En los alrededores del lago espejo esto se acabó. Primero los seres se diferenciaron del resto del mundo y se llamaron humanos y luego se diferenciaron entre sí formando grupos y enfrentando intereses individuales.

Una mujer que nunca habìa visto su reflejo llegò un dìa al lago y lo sintió diferente a lo que había conocido. Este ser recorría el mundo cantando lo que sentía y al llegar un terrible dolor recorrió su alma y surgió transformando su canto.

Ella misma, recorriendo el lugar, se encontró con su reflejo y sufrió el mismo destino que todos los demás. Obtuvo un nombre y tuvo la ilusion de ser única e independiente. Surgieron en su mente pensamientos que cubrieron como un velo la paz de su alma que nunca habia necesitado palabras. Pero el dolor por lo que sucedía siguió atravezando su alma y sin ella saberlo continuó cantando el dolor que sentía por lo que sucedía. Habiéndolo visto desde afuera transmitió esas imágenes a quienes nunca se habían visto acutar así.

Todos escucharon sus canciones y quienes estaban listos para entender el mensaje destruyeron la piel que los limitaba y se fundieron en un todo perfecto y completo y la mujer, tambien unida al todo, nunca dejo de cantar su alegria.

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